Kayak or not kayak
No es una cuestión fácil decidir sumergirse en el agua, remar lagos y atravesar canyons. Menos si se trata de voladores y menos si no se cuenta con un bote.
Jacopo ?
Pronto !
Tienes un kayak ?
Claro que si ! Pero ustedes son demasiado aventureros para mi kayak !
Entonces nos volvimos con el póster delle Dolomiti di BRENTA de regalo y una motivación decuplicada para encontrar un nuevo desafío.
¿Por dónde pasan los contrabandistas?
Remar sobre un lago... no tenemos barco...
Esquiar en la montaña... no tenemos nieve...
Entre los dos hay un camino. Un camino que pocos conocen. Solamente las personas capaces de imaginar soluciones híbridas pueden ver este camino entre montaña y lago.
La leyenda dice que los contrabandistas lo imaginaron y lo usaron sin que nadie los vea.
Estacionar el auto sobre la ruta en un espacio minúsculo, bajarse sin ser atropellado por el tráfico. Así empieza el itinerario. Caminar sobre un margen de 50 cm al costado de la ruta y tomar un sendero que sale frente al restaurante "La casa della trota" que no aloja truchas desde hace más de 100 años. Subir un camino rípido (très raide), pasar una cascada con agua cristalina (sin parar por miedo dei carabinieri) y llegar a una ruta que está abandonada desde que la trucha no se come más abajo.
I polacchi non sono bravi
No vimos a Christina en la crestina sino una vista estupenda sobre el lago di Garda. Estábamos mirando este paisaje desde lo alto cuando encontramos a una chica (que tal vez se llama Christi) y a su padre. Dos metros. Un salto alrededor del cable. Hay que hacer un salto de dos de metros ! La pequeña voz de esta niña contaba por qué estaban volviendo sobre sus pasos....
Mientras llegábamos al inicio de este misterioso sendero, aparecieron dos personas. Ellos tenían la doble particularidad de haber estacionado al lado de nuestro auto y de ser polacos. Tampoco pasaron...
Cuál es este pasaje que no deja pasar la gente? Será magia? Como vamos a hacerrr ????
Empezamos lentamente a caminar concentrados en las manipulaciones de cuerda. Avanzando un pie, el otro. Pensando a los que vimos volver. Había una atmósfera particular.
Adentro de la montaña
El paisaje era ESPECTACULAR. El lago di Garda abajo. Realmente abajo de nosotros. Las montañas alrededor nuestro. Realmente estábamos adentro de la montaña. Che bello! No se podía cerrar los ojos! Por la belleza y por seguridad!
Encontramos el libro de la sabiduría. Sabiduría necesitamos. Para no caer, para tomar buenas decisiones, para estar siempre atentos…
ESPECTACULAR también imaginar contrabandistas colarse entre las rocas, seguir el camino aun cuando no hay más lugar para posicionar los pies y superar los pasajes difíciles cargados como mulas.
El espíritu de estos tipos sin duda nos acompañó a lo largo de la travesía. Así caminamos, así avanzamos, así seguimos adelante. Siempre con respeto por el lugar, actual y pasado. Los ojos de la roca lo vieron y esperamos que hayan brillado.
Hora de las aceitunas
Qué placer pasar la tarde entera en los intestinos de la montaña!
Media hora dura la cocción de una tarta, una hora el noticiero de la noche, dos horas la clase sincrónica de física experimental, pero nuestro sendero interior alpino duró 5. Cinco horas avanzando paso a paso, asegurando la cuerda en cada uno de los 164 puntos y liberando la cuerda de cada uno de los 164 puntos. Cinco horas con una concentración contemplativa entre focus extremo en la manipulación del equipo y la admiración del valle glaciar. La peculiaridad de este sendero es que no es deseo ni de fanáticos de la ferrata ni de obsesivos escaladores verticales, porque es una verdadera vía de escalada horizontal.
Subiendo una parte tan empinada que veíamos solamente el siguiente paso, nuestras miradas encontraron un testimonio histórico. Una lápida del inicio del siglo 20 estaba enfrente nuestro, totalmente incorporada en la naturaleza.
El auto estaba abajo del sendero, por eso cuando terminamos de recorrerlo, subimos. Esta juiciosa decisión nos alejó del auto pero nos llevó a un altiplano hermoso desierto. Recorrerlo con paz nos permitió recordar las partes más desorbitantes del sendero y conocer a la Regina Mundi, a quién invitamos a comer unas aceitunas soñadas.
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