Dar Passo a la Bocca

  

Quiero hacer una expedición 

De un deseo que surge sin demasiada explicación, planificamos un itinerario basado en:

-las ganas de vivir una aventura
-las ganas de conocer un lugar nuevo
-las ganas de encontrar personas  

Elegimos Dolomiti di Brenta porque:

-es hermoso y rocoso
-el bivacco de invierno estaba abierto
-las previsiones meteo eran prometedoras
 
El plan era subir de Madonna di Campiglio por la Vallesinella hasta la Bocca di Tuckett, dormir en el Bivacco del Refugio Tuckett y el segundo día hacer una travesía a 2400 mt de altura, de 6 km hacia el Passo Grostè.
Las dudas eran muchas, sobretodo pendientes, cantidad y estado de la nieve... podremos completar el itinerario?
 
A la mañana se duerme

Salimos tardísimo, a las 7.30. Es tarde para una salida invernal donde se busca transitar la nieve cuando todavía no recibió la radiación del sol, cuando la probabilidad de generarse un corte sobre una placa es baja, y el peligro de avalancha es menor. 
Nos espera una caminata inicial sobre una ruta forestal y después la gran entrada al bosque.
 

Estamos contentos porque el día es hermoso y tenemos una gran aventura por delante, pero el hecho de "estar atrasados" me disgusta (a mí, la Julieta), entonces voy caminando atrás con cara de seria, mientras Jérém brilla como siempre.

 

El espíritu se alza con la altura

Mientras subimos, sentimos cada vez más alegría. Por qué? Porque nos vamos acercando a las paredes y a las cimas y es más impresionante, porque llegamos a un lugar más inhóspito y solitario, porque el esfuerzo físico se va transformando en satisfacción. Llegamos al refugio y estamos contentos, sobretodo Jérém, sobretodo yo. Pero antes, durante la subida, solo encontramos 4 personas en el camino que nos dicen que no seremos los únicos huéspedes de la Cima Brenta esta noche, nos gusta la idea de compartir la noche en montaña y esperamos ansiosos conocer a nuestros amigos.

 

Renunciar es más difícil que seguir

Del refugio seguimos hacia el impresionante canalón: la Bocca di Tuckett. Llevamos todo: esquíes, pieles, grampones, piqueta. Salimos a la exploración, pero es un poco tarde.


Maravillados por el canal a la sombra que nos llevaría a la Bocca, decidimos volver y pasar las últimas horas del día cerca del bivacco. Es siempre difícil renunciar, porque ya estamos ahí tan cerca, porque queremos seguir, porque no sabemos si tendremos la posibilidad de volver... pero es sabio dar media vuelta si nuestro análisis nos lo sugiere.


 

Estratigrafia

De regreso al refugio encontramos el equipo de jóvenes del Alpenverein, el club austríaco de montaña. Estaban los jóvenes entusiastas de la super vía de hielo que habían escalado hacia la Cima Brenta, y estaban los jóvenes destruidos por haber escalado la misma vía.


Descansamos y decidimos hacer una estratigrafía del manto nevoso, que quiere decir estudiar las capas de nieve y el estado de la nieve, y practicar el test de avalancha de la pala.


Amigos

Al final del día, mientras hacíamos magia en la habitación, llegaron amigos inesperados. 2 franceses, muy franceses, muy motivados por un plan preciso: la via de hielo a la Cima Brenta.


Max y Louis nos compartieron maní, y nosotros chocolate. Miramos el atardecer por la ventana y dormimos 12 horas.

Bocca

La mañana siguiente nos dió la oportunidad de volver a la Bocca di Tuckett. Lo disfrutamos tranquilos.



Traviesa travesía

Al bajar de la Bocca, empezamos inmediatamente la travesía, pensando que debíamos ser precavidos ante el terreno desconocido.

Atravesamos inicialmente un campo di sassi, un campo de piedras, y después evitamos una parte rípida bajando y volviendo a subir. Nos costaba tomar la decisión, porque hubiésemos querido ahorrar desnivel sobre nuestras rodillas. Pero, qué raro suena, vamos ahí para subir montañas, y estando ahí queremos subir lo menos posible. Recuperando altura, la naturaleza nos regaló cascadas y canalones dolomíticos. Morimos de alegría.


Passo a la autopista

Si lográbamos completar la travesía, nos esperaba una bajada por la pista de esquí más frecuentada del Trentino.

Atravesamos el último campo di sassi, la última subida sobre una versante sud con poquísima nieve y llegamos al Passo Grostè. Comimos con un amigo de la Val di Non, el lugar donde trabaja Jérém desde hace 1 semana con los clavos.

 
 
Bajamos por la autopista paseando la piqueta y volvimos re contentos al auto.
 

 

Pudimos hacer la travesía y entrar al Passo por la Bocca.





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